lunes, 24 de febrero de 2014

Centésima Décima Estación: "Un pino, dos pinos, tres pinos, la raya Real"




Nueva peregrinación Omios Rocieros 2014:
Ayer culminé un nuevo reto.
En principio íbamos a repetir el del año pasado: (http://delvisoydelacruz1.blogspot.com.es/2013_02_01_archive.html) ir a la aldea del Rocío con mi bicicleta de montaña, atravesando ríos y caminos entre eucaliptos y espesos pinares, desde El Viso, cien kilómetros, y seis horas encima de una bicicleta.
Más o menos sucedió así:
A las ocho menos veinte de ayer domingo 23 de febrero: Salguero, Rigui y un servidor nos encontramos desayunando en el Mirakka, posteriormente llegaría Cresencio
A las ocho de la mañana y en el parque se hallaban un buen grupo betetero, algo inferior al del año pasado: Gámez, Bustos, Joselito, Piri, Vergara, Íñigo, Pepito, Isi, Ortiz, Pistolo, Diego La Fuente, Ismael Opía, Juan y Luis Cueto (este último, por razones familiares tan solo nos acompañaría hasta Alcalá) a parte de los mencionados, dos nuevos amigos de la btt se unieron a nosotros: los hermanos Mati.
La ruta comenzó y partimos para Mairena y antes de llegar apareció como un rayo el joven Jesús que se había retrasado.
La travesía de Mairena se llenó de bicicletas y al llegar a la glorieta del Quijote, seguimos por la calle Benajete para buscar el camino de Gandul y la vía verde de los Alcores.
El fuerte aire a favor nos facilitó nuestro transitar por la Vía y alcanzamos una buena media.
Seguimos dirección Alcalá hasta el parque del Guadaíra, antes de llegar aquí sufrimos un primer parón, al compañero Carlos Ortiz se le partió un radio de sus nuevas ruedas llevándose un gran disgusto por que la rueda quedaba descentrada.
Atravesamos el río Guadaíra en el parque a la altura del primer molino y emprendimos la estrecha trialerita que sube hasta la Hacienda La Boticaria.
De ahí hasta Dos Hermanas volvemos a sufrir un nuevo parón, Ismael Opía, sufre un pinchazo. La mañana se está volviendo aciaga y algunos dan muestras de cierta desesperanza y para colmo algo más adelante sufre una caída uno de los hermanos Mati y se fastidia un codo.
La tubeless de Opía no está del todo arreglada y en Dos Hermanas paramos nuevamente para ponerle una cámara.
Al fin restablecemos la marcha y después de callejear por la localidad nazarena, llegamos al polígono de la Isla, lo atravesamos y por la rivera llegamos al puente de la carretera de Coria. La vereda de la orilla del río tiene algunos charcos y zonas con barro, una de ellas casi me tira al suelo, no tuvo tanta suerte Piri que si que cayó, sin consecuencias afortunadamente.
Desde el puente hasta la barca de Coria, me pongo a rueda de Joselito y rodamos fuerte a pesar del aire en contra.
Nos está esperando en la orilla la barca, embarcamos cuando nos juntamos todos y encima de la barca nos hicimos las típicas fotos. Al llegar a Coria nos está esperando la familia de Ortiz y éste cambia de bici.
Atravesamos la población ribereña buscando la carretera de Almensilla y en el cruce de Bollullos cogemos el camino que nos va a meter en sendas rocieras.
Pasamos la Juliana, caminos entre olivares y campiña vamos dejando atrás hasta divisar los pinares, en estos senderos rodamos fuerte, el camino es bueno y casi siempre picando para abajo, así llegamos al vado del Río Guadiamar "El Quemas", el "Jordán Rociero". Aquí nuevamente sesión fotográfica delante del monumento a la Virgen del Rocío. Ya se va viendo el cansancio en el personal pues son ya más de cuatro las horas que llevamos encima de la bicicleta y setenta kilómetros en nuestras piernas.
Uno de los hermanos Mati que viene lastrado por el dolor del codo por la caída en Dos Hermanas, desiste de continuar y gracias a algunos familiares que nos están esperando en el vado se puede ir directamente para el Rocío en coche.
El río lleva mucha agua y al igual que el año pasado no podemos pasar el vado, lo hacemos por el puente y continuamos nuevamente entre pinares para llegar a Villamanrique.
Después de atravesar Villamanrique tomamos la carretera buscando llegar a la "raya chica" y a su término, cuando estábamos para coger la carretera de las "fresas" el amigo Rigui que lo tiene claro desde mucho antes de preparar la ruta, dice de hacer el camino por las arenas de la Raya Real, a todo pronóstico una verdadera locura pues las arenas sueltas nos iba a suponer un verdadero calvario, serán 15 kilómetros de sufrimiento.
Apenas transcurridos unos 500 metros la cosa empieza a ponerse complicada y hay un intento de vuelta atrás, preguntando a Carlos Salguero este nos indica que malos serán pocos kilómetros que más adelante se pone mejor, mentira piadosa, pues salvo que te orilles o atravieses la valla, la arena es persistente durante los susodichos 15 kilómetros.
Sinceramente la belleza del paraje comparado con la de la carretera, me hace alegrarme de estar padeciendo el arenal y las continuas paradas.
Un grupo, el más preparado: Gámez, Opía, Niño Jesús, Bustos, Salguero, Vergara, Isi, Piri, Juan, Diego Íñigo y Pepito se adelantó y por detrás quedamos: Cresencio, José, Pistolo, Mati, Rigui y un servidor. La raya se hacía interminable, y siendo Carlos Ortiz, quizás el menos experimentado, el que más venía padeciendo.
La verdad es que yo me encontré muy bien, mejor que el año pasado cuando lo hicimos por carretera y es que quizás he adquirido algo de técnica que hace que la arena no me suponga demasiado handicap.
Alguna que otra vez vi caer, bien por delante o por detrás a Pistolo, Cresencio y a Mati, caídas tontas, de las que duele más el orgullo, porque no hay daño gracias al terreno blando y la velocidad mínima. La verdad es que, tengo que decirlo, me reí un rato, perdón.
Carlos Salguero y Bustos tuvieron el detalle de esperarnos casi a la mitad del recorrido, para comprobar que todo iba bien.
Vuelvo a decirlo, la raya es interminable, y agotados después de casi un centenar de kilómetros más aun, caí en la torpeza de pensar, justo cuando encontramos el indicativo de que faltan 4 km para el Rocío, que a partir de ahí el terreno era bueno, ¡error! un espejismo de apenas 200 metros y volvimos a las arenas.
Ortiz supercansado y Joselito también fastidiado hacían que nos parasemos de vez en cuando y aminorásemos la velocidad, pero con paciencia y mucho pedaleo conseguimos llegar al puente del ajolí y atravesar el arroyo.
De ahí hasta la ermita en la que nos hicimos la correspondiente foto para el recuerdo.
Un grandísimo día el que echamos, llegamos con las familias, nos refrescamos, nos cambiamos, comimos, repusimos líquidos y fuimos a ver a la Virgen.
Una Salve y un Avemaría salieron de mis labios para saludar a nuestra Madre del Rocío y un momento para pedirle que pueda volver el año que viene.
Un encargo llevaba de poner velas, lo cumplí convenientemente.
Como siempre destacar uno por uno a todos los valientes omios rocieros:

Rigui: campeón, un Yo sigo que nos metió en este lío y al que hemos de agradecer haber culminado la proeza de cruzar la raya en bici.
Los fuertes del Grupo: Gámez, Diego, Isi, Niño Jesús e Iñigo: gracias por no desesperar y por ayudar, todos sabemos que supone un esfuerzo tener que esperar.
Vergara: porque a pesar de la experiencia y de sus años en la btt, es capaz de sorprenderse y de captar cosas nuevas.
Carlos Salguero: porque siempre está al servicio del club y de los socios.
Bustos: un auténtico JASP, joven aunque sobradamente preparado, de una madurez sorprendente.
Juan y Piri: están muy en forma a pesar de que salen poco.
Ismael y Pepito: dos grandes atletas.
Cresencio: un compañero que hizo de compañero para sus compañeros. Si señor, además si se cae y a mi me entra la risa floja, pues lo siento pero me ayudó a aliviar el sufrimiento que llevaba.
José Quinta: ayer iba algo jodidillo, el último tramo lo remató, pero como siempre va atentísimo a todos, recogiendo nuestros cadáveres vivientes y por una vez que le pase a él pues nada, a seguir. Vaya mi apoyo y reconocimiento.
Pistolo: Me sorprendió mucho, ayer iba muy bien, bastante sobrado, pero como siempre se queja mucho el joio, pero ayer se comportó muy bien, fue un gran compañero.
Mati: no sabía de la afición de este amigo, que aun no es socio, pero apunta. La experiencia de tantos kilómetros es lo que le faltó, pues se desfondó al principio. Así que bienvenido, a ver si nos vemos más asiduamente en los caminos. Lo mismo digo de su hermano, a quien desafortunadamente la caída le estropeó el día.
Carlos Ortiz: Iba con muchas ganas. Esto era un gran reto que quería culminar, se había preparado largo tiempo para esto, él quería que hubiese sido su día, pero... distintos acontencimientos, avatares y concatenaciones estelares influyeron negativamente y sufrió y padeció. Pero se tiene que quedar con la casta que le echó y la valentía. Esta jornada de ayer es de las que hace afición y a toro pasado te pide el cuerpo poder repetir.
Gracias a todos y ¡Viva la Virgen del Rocío!

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